A UN NIÑO POBRE
Cuando miro a un niño pobre y desvalido
al que dejado ha sido por un mal padre
al que no encontró refugio en la madre
al que en un rincón de nadie quedó al olvido
Cuando miro a un niño indefenso y desamparado
al que es menos que un perro por azar del destino
al que no halló un pesebre cuando al mundo vino
al que vive excluido como un paria despreciado
Cuando miro a un niño pobre y desnutrido
al que le niegan el pan nuestro de cada día
al que a veces se deja morir en una calle vacía
al que se le tiene como si fuera un ser repulsivo.
Cuando miro a un niño desnaturalizado
siento en mi alma un dolor muy intenso
y me invade el desconsuelo más inmenso
de verlo sumiso e injustamente humillado
Cuando miro a un niño pobre como este niño
clamo a Dios, que convierta los corazones
en fuentes inagotables de amor y cariño
para hacer realidad sus sueños e ilusiones
Cuando veamos un niño pobre como un hermano
viviremos felices en una sociedad hermosa y justa
porque jamás habrá discriminación ni forma injusta
y ante Dios, volveremos a ser verdaderamente humanos.
Francisco Pedro Morisaki C.