AMADA
Ayer te vi como ven al sol las flores
toqué la piel de tus manos en mis manos
acaricié tus labios con mis labios
y comprendí que tiernamente nos amamos
Respiré el aliento de tu boca
cuando hablabas muy cerca de mí
con tus palabras me arrullabas
y yo me enamoraba más de ti
Abrigué mi cuerpo con tu cuerpo
percibiendo ávidamente tu calor
y cerrando mis ojos ensoñaba
embriagado en tu dulce amor
Posé mi cabeza entre tus pechos
turgentes, macizos y maternales
me regocijé grandemente en ellos
aspirando sus perfumes naturales
Ayer te vi espléndida y hermosa
admirando siempre tú presencia
ruego a Dios que jamás suceda
aquel día en que sufra tu ausencia.
Francisco Pedro Morisaki C.